Si nuestro planeta tiene 360º, por algo habremos elegido verlo solo de una forma, porque lo hemos elegido ¿No?
Ojeando un mapamundi noté algo raro: ¡Europa no estaba en el centro! Inmediatamente me acordé de los mapas que estudiaba de joven en Venezuela, en donde nosotros eramos el centro, junto a USA. ¿Cómo es eso posible? ¿Quién está equivocado? La respuesta es: ninguno, la realidad es que cada quien hace lo mismo, nos enseñan a sentirnos el ombligo de un cuerpo sin darnos cuenta que las manos piensan igual. El primer mapa refleja la manera británica, en donde Europa se encuentra en el centro, pero no sólo del espacio sino también del tiempo, o acaso el concepto del Greenwich Mean Time (GMT) es pura casualidad.
Por su lado los norteamericanos, primos hermanos de los ingleses, no podían ser menos, estableciendo en sus mapas el continente “descubierto” por Colón como centro de sus mapas. Son expresiones como “descubrir” las que fomentan una forma de pensar etnocéntrica (ver todo desde nuestra cultura), personificada genialmente por Antonio Recio en La que se avecina, hablando siempre de panchitos que vienen de la selva amazónica en un pájaro metálico a quitarnos el trabajo. Puede que el ejemplo sea bastante exagerado, pero condensa bastante bien las barbaridades que se pueden llegar a decir. Caso particular es el de los ingleses que dicen conducir por el left side (lado izquierdo) y que en vez de decir que casi el resto del mundo conduce por el right side (lado derecho aunque también se interpreta como el lado correcto) hablan de nuestro sentido de conducción como the other side (el otro lado).
Pero, no solo de anglosajones es el mundo, por lo que los asiáticos también tienen su mapa en donde se puede ver un centro planetario distinto. Otro grado de los 360º que componen el planeta azul y que muchos dirían que con el despertar de Asia en las últimas décadas, todos utilizaríamos esta manera de ver el globo en la actualidad. Es ahí donde la cultura sin territorio entra, Internet y Google en especial nos acercan el mundo de una manera nunca antes vista: Google Earth, con imágenes que en muchos casos podemos completar con Google Street, en donde nos metemos en vehículo de la empresa para dar vueltas por el mundo (al menos por donde se le ha permitido ir). Muchos nos hemos acostumbrado tanto a consultar direcciones a través de esta herramienta que no sabríamos qué hacer si no estuviese. Lo que resulta curioso de Google, es que nos acerca a un nuevo centro del mundo, el nuestro. Este programa puede tomar como ubicación por defecto nuestra ciudad como centro del mapa, por lo que renunciamos a ese etnocentrismo y tendemos al individualismos. ¿Qué consecuencias tiene esto?
Actualmente las empresas que se dirigen al público en general ven la necesidad de adaptarse a las necesidades/caprichos del público para poder triunfar, o al menos salir a flote, véase desde INDITEX que ha llegado a donde está con su sistema del Just-in-Time a cualquier marca como NIKE que ahora te permite elegir la talla, el diseño e incluso personalizar con número y demás tus zapatillas del deporte que te venga en gana. Algunos psicólogos critican este modelo económico que permite elegir entre una amplia variedad de artículos, ya que, al elegir la opción que para nosotros es la mejor, dudamos en si había alguna otra elección a tomar que fuese mejor, creamos un disgusto innecesario motivado por la duda de lo que no sabemos y por la libertad de haber tomado la decisión. ¿A caso era mejor facilitar las decisiones por no tener libertad a decidir, o es un privilegio de cuyo honor somos primerizos? ¿Hemos de criticar los nervios ante la decisión de ser ingeniero o médico, o dar gracias por no estar encasquetados en estamentos sociales inmóviles como hace siglos en donde se nacía pobre y se moría pobre sin derecho a réplica? ¡Qué bueno poder criticar que podemos decidir criticar!
-Papá, papá ¿En dónde vivimos?
-¿No has visto el felpudo? En la república independiente de mi casa
Leave a comment